sábado, 1 de diciembre de 2007

HEALTH BREAD

In Canada, when I was a student everybody worked. I started when I was sixteen working weekends selling bread at a Jewish bakery, "Health Bread" in Lawrence Plaza, my neighbourhood. I was the only non-Jew working there. All the women (they were all female) were Jewish and recent widows. They came from Germany and their terrible concentration camp experience. The cashier, for example, never smiled. I found out she had lost her husband and children at Auschwitz. There I was, selling chalas and bagles when Adolf Eichmann was caught in Argentina. I remember the women were very upset to the point that they put a sign at the entrance of the bakery saying that German clients were not welcome. They were turbulent times. But I have wonderful memories of those weekends. In those years no one ever guessed my nationality, everyone took me for everything under the sun except Spanish: French, Italian, Isralian, Hungarian, Greek, even Egyptian!! One day a Jewish woman said to me "Oh, I know vat country you come from" I was surprised she was so sure and I asked which one, and she answered very sure of herself: "England!" that I had never heard in my life! Anyway, as I say everyone worked. I have a very good friend who is now an Ophthalmologist, the son of the Dean of Political Science at the University of Toronto who worked in the summers as a whale-hunter in the north of Canada. When you could still hunt whales...

Los estudiantes en Canada todos trabajábamos. Mi primer trabajo fue en una panadería judia de mi barrio "Health Bread" los fines de semana cuando cumplí los dieciseis años. Era la única no-judia trabajando. Todas las mujeres que trabajaban eran viudas alemanas que habían perdido a sus maridos en los campos de concentración. La cajera, por ejemplo, nunca sonreía. Me enteré que había perdido a su marido e hijos en Auschwitz. Ahí estaba yo vendiendo "chalas" y "bagles" cuando capturaron a Adolf Eichmann en Argentina lo cual revolvió muchos sentimientos en las mujeres hasta el punto que colocaron un cartel a la entrada de la panadería diciendo que los clientes alemanes no eran bienvenidos. Un tiempo turbulento. Sin embargo guardo gratos recuerdos de aquellos fines de semana. En aquellos años nadie adivinaba nunca mi nacionalidad. Me tomaban por francesa, italiana, griega, húngara, israelí hasta por egipcia! Cuando un dia llegó una cliente judia, que muy segura de ella misma me dijo con su típico accento judio: "Oh, ya sé de que país viene ústed" Lo dijo tan segura que le pregunté cual y ella me contestó: "Inglaterra"! Eso jamás me lo habían dicho! Bueno, como digo todo el mundo trabajaba. Tengo un amigo que hoy en día es Oftalmólogo que era hijo del decano de la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Toronto que los veranos trabajaba de ballenero en el norte de Canada cuando aún se podía pescar ballenas...

7 comentarios:

amelche dijo...

¡Egipcia! ¿Tan morena eras?

Creo que todos los adolescentes deberían trabajar los fines de semana o los veranos, para aprender el valor del dinero y lo que cuesta ganarlo.

Anónimo dijo...

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MeTis dijo...

a mi un dia me preguntaron si era ecuatoriana, yo¿¿¿!!!!!

pobres mujeres, entiendo su recelo y amargura si perdieron su mundo en auchwitz.

toi contigo amelche, yo empece a trabajar a los 16 años y desde entonces me pague mis estudios, nunca volvi a ver un duro de mis padres.

besos

Merche Pallarés dijo...

Querida Ana, No soy tan morena pero sí tengo rasgos mediterráneos. Por eso me tomaban por todas las nacionalidades que bordean el Mediterraneo (excepto Inglaterra!). Era muy divertido. Si disfruté mucho trabajando y estudiando porque tenía mi dinerito para hacer lo que quisiera.

Crescenet, hablo portugués pero no lo escribo. Por ahora te agradezco tu anuncio pero no estoy interesada.

Metis, Me dá mucha rabia cuando hay gente que cuestiona el holocausto. Porque sí que existio. Yo conocí a muchos supervivientes en Canada.

Anónimo dijo...

Jajaja... tú de panadera y yo de recolectora de fruta, en mi tierra hay mucha. Me pagaba con dos meses de verano las fiestas de mi pueblo, que son la primera semana de septiembre.
Un beso.

Merche Pallarés dijo...

Querida Helena, qué ilusion recibir tu comentario!!! Gracias! Pues sí, chica, hice de todo en aquellos años, vender pan, zapatos en unos grandes almacenes, bisutería en una boutique a parte de, of course, representar a España en diferentes eventos vestida de lagarterana, flamenca, maña o de lo que se terciara!!! Besotes, M.

amelche dijo...

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